Las empresas eléctricas se enfrentan hoy a un nivel creciente de retos medioambientales y peligros para los servicios públicos. Los datos muestran que la gravedad de los incendios forestales, los huracanes y las inundaciones sigue aumentando. Entre el Camp Fire de California del año pasado y los incendios del Amazonas de este año, tenemos dos recordatorios recientes de lo rápido que pueden surgir catástrofes masivas de la nada y causar estragos en comunidades enteras.

Las compañías eléctricas, entre otras, tienen un papel que desempeñar a la hora de ayudar a prevenir o mitigar los desastres medioambientales con antelación. Por ello, es evidente que uno de los principales retos a los que se enfrentan es cómo aprovechar adecuadamente los datos y los análisis asociados para lograrlo.

Pero no es un problema irresoluble. Las empresas eléctricas pueden incorporar nuevas herramientas no sólo para recopilar datos medioambientales sobre sus infraestructuras y activos de campo, sino también para organizar esos datos en flujos de trabajo que puedan aprovecharse para obtener medios más rápidos, intuitivos y procesables de previsión y mitigación de nuevos desastres medioambientales. El tiempo es esencial. Estas catástrofes no hacen más que empeorar; el próximo incendio de Campamento o del Amazonas es una cuestión de "cuándo", no de "si".

Retos de las empresas eléctricas en materia de datos

Las empresas de servicios públicos sólo pueden actuar en función de los datos de que disponen y de la madurez de las herramientas de análisis para convertir los datos en información. La capacidad de detectar nuevos riesgos medioambientales potenciales y reaccionar en consecuencia para que la organización pase de reactiva a proactiva depende totalmente de los datos recopilados. Por desgracia, lo que vemos con demasiada frecuencia hoy en día es que las compañías eléctricas están limitadas en cuanto a la riqueza de los datos recopilados y las herramientas necesarias para convertir los análisis descriptivos en prescriptivos.

Esta circunstancia no es exclusiva de un pequeño número de empresas, sino que representa el estado actual del sector en su conjunto. Las empresas operan sistemas eléctricos y se enfrentan a retos relacionados con los datos de los activos, la precisión de los sistemas de información geográfica (SIG) y la resolución de los datos.

  • Datos sobre activos: Las empresas de servicios públicos gestionan activos que pueden tener décadas de antigüedad. Esto significa que gestionan activos en los que los datos van desde los que se pueden aplicar mediante dispositivos inteligentes hasta los que aún existen en papel. A lo largo de los años, estas compañías eléctricas han adoptado diversos sistemas de gestión de datos para ingerir datos de dispositivos analógicos a digitales. Estos sistemas también se han diseñado históricamente para ser transaccionales (es decir, orden de mantenimiento) en lugar de diseñados para los activos (es decir, todos los datos y transacciones organizados por el activo). Por ello, los datos de los activos se encuentran a menudo en sistemas dispares basados en diferentes funciones de la empresa de servicios públicos, como la planificación de activos frente a la gestión de la vegetación, lo que limita la comprensión global de los riesgos totales de los activos por parte de la empresa de servicios públicos.
  • Precisión de los SIG: El sector ha avanzado enormemente en la adopción de herramientas SIG y en la conversión de mapas de parcelas en papel a sistemas SIG. Sin embargo, a pesar de todos estos avances, muchos activos simplemente no se encuentran en las ubicaciones correctas, lo que puede falsear los resultados de los análisis, entre otros problemas operativos, como la sustitución de equipos en el poste equivocado.
  • Resolución de los datos: El tipo de datos que se recopilan está madurando tanto en exactitud como en precisión. Sin embargo, las empresas de servicios públicos aún no disponen de la infraestructura de recopilación de datos necesaria para tomar muchas decisiones empresariales basadas en datos deterministas frente a datos probabilísticos. En este marco, se utiliza una combinación de datos de sensores y datos de expertos en la materia para respaldar las decisiones empresariales. Esto último puede resultar problemático debido a la coherencia -o más bien incoherencia- de cómo se recopilan los datos y cómo se realizan las evaluaciones.

Colmar las lagunas de datos con plataformas aéreas

La tecnología de sensores y las plataformas aéreas, como los drones, han avanzado mucho, aportando nuevas soluciones y ayudando al sector energético a colmar algunas de sus lagunas de datos. Las alternativas aéreas, tanto tripuladas como no tripuladas, a las inspecciones tradicionales de activos de servicios públicos aportan una serie de ventajas claras. La principal es la seguridad y el coste que supone acercar el activo al inspector en lugar de acercar el inspector al activo. Pero los sistemas aéreos tripulados y no tripulados también ofrecen una serie de nuevas ventajas en materia de datos.

Los sensores de alta resolución capturan una increíble cantidad de datos para los propietarios de activos, ya que proporcionan una mayor proximidad, una mayor variedad de ángulos y una mayor agudeza que la que se puede conseguir con los ojos humanos. Esos datos proporcionan una imagen más completa del activo, lo que permite una evaluación más profunda. Esto abarca tanto la detección de defectos graves en una línea o poste como de defectos menores que algún día podrían convertirse en problemas mayores. Con este nivel de información, las compañías eléctricas pueden cortar de raíz los posibles problemas antes de que se conviertan en problemas graves, costosos y potencialmente perjudiciales.

Las plataformas aéreas también ayudan a capturar datos geoespaciales de gran precisión, lo que, a su vez, contribuye a mejorar la exactitud de los SIG. Por último, los datos de inspección almacenados en la nube y compartidos por toda la organización, en lugar de ser filtrados por un técnico o un trabajador de campo en particular, crean una dinámica en la que todo el mundo tiene una visión objetiva del estado de un activo concreto. Esto también puede ayudar a tomar decisiones empresariales que se basen más en los propios datos y menos en la subjetividad de alguien sobre el terreno. Por ejemplo, recopilar datos en la nube año tras año, en lugar de aislarlos en sistemas dispares, ayuda a detectar mejor los cambios y a predecir los fallos de los equipos sobre el terreno.

El futuro

Las plataformas aéreas y las suites de gestión de datos que comprenden perspectivas únicas, distancias fáciles de recorrer y evaluaciones objetivas ya aportan hoy un enorme valor a las empresas eléctricas. Pero esto es solo la punta del iceberg;

El futuro ofrece muchas posibilidades para que la tecnología de sensores y las plataformas aéreas ayuden a las empresas de servicios públicos a reducir los riesgos del sistema energético y a mantener la seguridad tanto del público como de los empleados.

A corto plazo, esto puede significar desde la automatización de inspecciones remotas mediante plataformas aéreas hasta el aprovechamiento de los datos recopilados en diversos flujos de trabajo de las empresas de servicios públicos, como la estimación, la carga de postes, la corrección de datos GIS, la planificación de activos, la gestión y respuesta a emergencias, etc. Pero a largo plazo, las posibilidades de las inspecciones con drones van más allá de los vuelos en la línea de visión (pendientes de la aprobación generalizada de la Administración Federal de Aviación), lo que lleva a capturas de datos más frecuentes; el aprovechamiento de la IA y los algoritmos de aprendizaje automático para identificar y remediar más rápidamente las anomalías en la recopilación de datos aéreos; y la automatización de las inspecciones para acelerar la rapidez con que los datos se entregan a los tickets de flujo de trabajo y se actúa en consecuencia. Estos son solo algunos de los factores que permiten a las empresas de servicios públicos pasar a un modelo operativo basado en el riesgo aprovechando el análisis prescriptivo.

Entre el Camp Fire del año pasado, los incendios forestales del Amazonas de este año y el inevitable próximo gran incendio a la vuelta de la esquina, sigue aumentando la preocupación sobre si estamos haciendo todo lo posible para prevenir el riesgo de incendios provocados por el hombre y otros desastres naturales similares, y con razón. Es posible que muchas empresas de servicios públicos ya conozcan algunos de los posibles usos o ventajas de los sistemas aéreos, pero ha llegado el momento de que el sector en su conjunto incorpore nuevas tecnologías que reduzcan el riesgo de sus sistemas eléctricos. Cuanto más cambien las compañías eléctricas y adopten sistemas avanzados de gestión de datos, más equipadas estarán para identificar peligros y riesgos a lo largo de las líneas eléctricas o sus entornos y, en última instancia, detener posibles catástrofes.

Ilkka Hiidenheimo es consejero delegado de Sharper Shape, empresa de inspecciones automatizadas con drones con sede en Grand Forks (Dakota del Norte). Puede ponerse en contacto con él en ilkka.hiidenheimo@sharpershape.com.