En una era inundada de palabras de moda sobre IA, el sector de los servicios públicos se enfrenta a una pregunta crítica: ¿estamos maximizando realmente el potencial de la IA o simplemente discutiéndolo?

Las empresas de servicios públicos se enfrentan a importantes retos, como el envejecimiento de las infraestructuras, las condiciones meteorológicas extremas, el aumento de los costes operativos y la creciente demanda de fiabilidad. La IA ofrece una solución prometedora, pero es hora de ir más allá de los debates teóricos, del "¿y si...?", para adoptar los beneficios prácticos, del "¿y ahora...?".

Herramientas de IA como ChatGPT ya han sentado las bases de nombres conocidos, recibiendo buenas y malas críticas para diversas aplicaciones y siendo utilizadas para tareas cotidianas. Pero el mundo también está en ebullición con lo que parece que todo el mundo está promocionando su última y mejor solución de IA que promete el mundo. Esto puede traer consigo la fatiga de la IA. Sin casos de uso reales y significativos de los beneficios que puede aportar la inteligencia artificial, corremos el riesgo de hablar por hablar, pero no de hacer las cosas bien.

Los últimos avances muestran cómo la IA puede revolucionar la gestión de activos de las empresas de servicios públicos. Los sistemas automatizados ya pueden identificar y evaluar con precisión los componentes de los postes, agilizando las inspecciones y minimizando los errores humanos. Estos sistemas no solo detectan defectos con gran precisión, sino que también mejoran la eficiencia del mantenimiento, reducen el tiempo de inactividad y prolongan la vida útil de los activos críticos.

Este paso de la palabra a la acción señala el siguiente paso hacia el futuro de la gestión de servicios públicos. Al fin y al cabo, los hechos hablan más que las palabras.

La IA en acción

Para pasar de lo teórico a lo práctico, podemos examinar cómo las tecnologías de IA ya están repercutiendo en el sector de los servicios públicos a través de aplicaciones innovadoras. Para las empresas de servicios públicos en particular, la tecnología de IA ya no es una mera herramienta experimental, sino una solución probada. En Sharper Shape llevamos más de una década trabajando en la automatización de la gestión de activos para empresas de servicios públicos, perfeccionando el aspecto que puede tener la IA y lo que puede aportar a empresas con cientos de kilómetros de líneas eléctricas en los lugares más remotos. Y, por supuesto, el sector ha avanzado mucho en los últimos diez años. Comparativamente, piensa en el teléfono inteligente que llevabas contigo en 2014 frente al último iPhone 16 de Apple.

El software más avanzado va mucho más allá del aprendizaje automático que tu becario de verano podría entrenar en un par de horas. Y no se trata de menospreciar el trabajo de los becarios, pero hoy en día estamos desplegando herramientas muy sofisticadas que organizan enormes cantidades de datos de la realidad en flujos de trabajo utilizables. En los últimos años, muchas empresas de servicios públicos ya han dado el primer paso para limitar la dependencia de los anticuados mapas físicos y, en su lugar, se han encontrado con un equivalente digital: enormes volúmenes de datos desorganizados y en silos, cuyo almacenamiento resulta inmanejable y caro.

La próxima fase consistirá en sistemas verdaderamente optimizados para la IA que trabajen a lo largo de todo el proceso de inspección, desde la planificación hasta la elaboración de informes, combinando e interconectando datos a medida que lo hace, proporcionando un plan claro y procesable que ofrezca a las empresas de servicios públicos una supervisión más ágil que nunca.  

Una de estas plataformas es nuestro módulo Asset Insights. Al automatizar la detección y evaluación de componentes de infraestructuras, empleando algoritmos avanzados de aprendizaje automático para escanear postes de servicios públicos y otros activos, las soluciones de IA proporcionan una precisión excepcional. Esta tecnología no solo identifica defectos como grietas o corrosión, sino que también evalúa el estado general de los activos, lo que permite a las empresas de servicios públicos priorizar eficazmente las tareas de mantenimiento y reparación.

La aplicación de estas tecnologías en el mundo real ya está dando resultados prometedores. Por ejemplo, las empresas de servicios públicos que utilizan sistemas basados en IA informan de una reducción sustancial tanto del tiempo como de los costes asociados a las inspecciones rutinarias. Al automatizar estos procesos, la IA ayuda a las empresas de servicios públicos a reorientar valiosos recursos humanos hacia cuestiones más complejas que requieren una visión humana.

Afrontar los retos

Aunque la IA ofrece mejoras sustanciales, su adopción en la gestión de activos de las empresas de servicios públicos no está exenta de dificultades. La integración de sistemas avanzados de IA en los marcos operativos existentes suele presentar obstáculos en forma de formación de los empleados, compatibilidad de datos e integración de sistemas.

Las empresas de servicios públicos, y los proveedores de servicios de IA, deben abordar estos retos técnicos de frente, asegurándose de que sus procesos existentes puedan conectarse sin problemas con las tecnologías de IA para aprovechar plenamente sus capacidades.

Fusionar la tecnología de IA con los sistemas heredados plantea un reto importante. Muchas empresas de servicios públicos operan con plataformas obsoletas que no son fácilmente compatibles con el software de IA más reciente, lo que requiere una amplia personalización y, a veces, una revisión completa del sistema. Este proceso de integración exige no solo conocimientos técnicos, sino también un enfoque estratégico para garantizar que los sistemas nuevos y antiguos se comuniquen eficazmente sin interrumpir las operaciones en curso.

Además, para que la IA sea eficaz, necesita datos estructurados de alta calidad. Las empresas de servicios públicos suelen tener grandes almacenes de datos no estructurados o incoherentes, lo que dificulta el aprovechamiento eficaz de la IA. Establecer una gobernanza de datos y un control de calidad sólidos es esencial para prepararse para la integración de la IA. El proceso de limpieza y organización de datos puede requerir muchos recursos, pero es fundamental para maximizar los beneficios de la IA.

La formación y la gestión del cambio también desempeñan un papel crucial en el éxito de la implantación de la IA. Los trabajadores de los servicios públicos deben recibir formación no sólo sobre cómo utilizar los nuevos sistemas, sino también sobre cómo interpretar eficazmente los conocimientos generados por la IA. En un sector con una plantilla experimentada, el cambio cultural hacia la toma de decisiones basada en datos puede ser sustancial y requiere una gestión cuidadosa para alinear al personal con los nuevos procesos tecnológicos.

Además, el coste inicial de la implantación de la IA puede suponer un obstáculo, sobre todo para las empresas de servicios públicos más pequeñas o las cooperativas regionales. Sin embargo, el ahorro de costes a largo plazo, el aumento de la eficiencia y la mejora del rendimiento de la gestión de activos justifican la inversión. Para mitigar estos costes, algunas empresas de servicios públicos optan por estrategias de implantación por fases, empezando por los activos más críticos para generar ganancias rápidas y establecer el valor de la inversión posterior.

Superar estos retos requiere un esfuerzo proactivo coordinado entre los proveedores de soluciones de IA y las empresas de servicios públicos, centrado en una integración perfecta, una formación completa y una inversión estratégica para garantizar que las herramientas de IA cumplan su promesa de transformar la gestión de activos de las empresas de servicios públicos, sin dejar de ser flexibles y escalables para adaptarse mejor a las necesidades de la empresa. Estas integraciones estratégicas permitirán a los primeros en adoptarlas mejorar su eficiencia operativa sin tener que revisar todos sus sistemas.

De cara al futuro

De cara al futuro, el papel de la IA en la gestión de servicios públicos crecerá exponencialmente. Se espera que tendencias emergentes como el Internet de las cosas y las redes más inteligentes mejoren aún más las capacidades de los sistemas de IA. Estas tecnologías permitirán a las empresas de servicios públicos no solo supervisar, sino también ajustar automáticamente sus operaciones en tiempo real para optimizar la distribución de energía y responder a posibles interrupciones antes de que se agraven.

Además, a medida que las empresas de servicios públicos sigan afrontando el reto de las condiciones meteorológicas extremas, la IA les permitirá ir un paso por delante del estado de la vegetación circundante, que podría caer sobre las líneas eléctricas o incendiarse. El análisis avanzado de datos basado en IA mejorará la toma de decisiones, ya que los algoritmos de IA analizan grandes cantidades de datos para predecir posibles fallos antes de que se produzcan.

Del debate a la acción

En 2024, la IA ya está transformando la gestión de activos de las empresas de servicios públicos de una disciplina reactiva a una proactiva. Al aprovechar el poder de la IA, las empresas de servicios públicos no solo mejoran su eficiencia operativa, sino que también preparan el terreno para un futuro en el que la resiliencia digital defina a los líderes del sector.

El camino que lleva de las aplicaciones teóricas de la inteligencia artificial a su aplicación práctica y eficaz es complejo, pero se puede recorrer con planificación estratégica, asociaciones sólidas y una clara orientación a objetivos a largo plazo.

A medida que superamos las exageraciones, queda claro que la IA no es solo una herramienta para la innovación, sino una necesidad para las operaciones sostenibles, eficientes y resistentes de los servicios públicos de hoy y de mañana.

Por Kristy McDermott, Vicepresidenta de Ventas de Sharper Shape